
En la era digital actual, las redes sociales juegan un papel crucial en la formación de identidad de las nuevas generaciones. Las figuras públicas, en especial los influencers, tienen un impacto significativo en los jóvenes, quienes, en muchos casos, los consideran modelos a seguir. Sin embargo, esta admiración no siempre está basada en criterios sólidos o en valores auténticos. Por ello, es fundamental educar en el pensamiento crítico y en la construcción de valores genuinos, elementos que permiten a los jóvenes cuestionar y evaluar conscientemente a sus referentes.
El pensamiento crítico, entendido como la habilidad para analizar y evaluar información de manera objetiva, se vuelve una herramienta esencial para que los jóvenes puedan reflexionar sobre las figuras que siguen. Según un artículo de El País titulado "La necesidad de enseñar a pensar", se subraya que “la enseñanza del pensamiento crítico debe ir más allá de las aulas, incluyendo la influencia familiar y el entorno social”. En un contexto donde la desinformación y los estándares superficiales pueden distorsionar la percepción de lo que es digno de admiración, enseñar a los más chicos a cuestionar lo que consumen en redes sociales es clave para que asocien correctamente hasta que punto prestar devoción ciega hacia agentes mediáticos sin excepción.

José Antonio Marina, filósofo y educador, señala que “la educación emocional y el pensamiento crítico no deben ser elementos separados: tienen que ir de la mano para lograr un desarrollo integral del individuo”. Este enfoque pone de manifiesto la importancia de enseñar a los jóvenes a no solo identificar lo que es auténtico o falaz, positivo o negativo, sino también a reconocer cuánto impacta la imagen de otra persona, sin importar su grado de popularidad, en sus vidas. Cuando la admiración hacia una figura pública se basa en la fama vacía, en lugar de en sus logros o valores, se corre el riesgo de generar expectativas irreales, tanto en los seguidores como en los propios influencers.
El pensamiento crítico también nos invita a reflexionar sobre los criterios que utilizamos para elegir nuestros modelos a seguir. ¿Qué valores queremos promover en nuestra sociedad? ¿Quiénes deberían ser los que representen esos valores? Esta clase de preguntas nos permiten hacer una introspección cuantiosa que puede ayudarnos a identificar lo que realmente nos inspira de alguien y cómo esas cualidades pueden ser aplicadas en nuestro día a día. Como resalta el artículo “Pensamiento Crítico Y Toma De Decisiones” del Adecco Institute, “es la capacidad que te ayuda a tomar decisiones informadas y a convencer a ti mismo de que es lo que quieres", lo cual es esencial para evaluar adecuadamente a las figuras públicas que decidimos seguir.

El pensamiento crítico juega un papel esencial en ayudar a los jóvenes a tomar decisiones más informadas y conscientes sobre a quién siguen y por qué. Enseñarles a cuestionar las imágenes superficiales que se presentan en las redes sociales, la vesania de una muchedumbre que trasladó sus alabanzas detrás de las pantallas hacia las calles y la aprobación por aquellas autoridades que se quieren colgar de fama ajena, para valorar la autenticidad y los valores reales, les permite construir una identidad sólida. De esta manera, no solo se promueve el desarrollo de individuos más conscientes, sino también una cultura donde el análisis y la reflexión sean herramientas constantes para elegir mejor, tanto en lo personal como en lo colectivo.
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